16 de junio de 2011

FE EN DIOS


 Para mí sería imposible decir que alguna vez no tuve fe EN Dios, incluso cuando mi vida no era muy ejemplar, siempre creí que Dios formaba una parte importante de mi vida, hacía bromas como “A mí no me pasa nada, Dios tiene ángeles trabajando horas extras para cuidarme” Mi fe en Él era natural, no había nada ni nadie más, solo El. Pero yo solo “creía” EN El, no lo conocía realmente, no sabía que El también creía en mí, hacía las cosas sabiendo que me cuidaba, pero nunca pregunté si era lo correcto. Un día alguien me dijo que cuando yo entraba a un antro, Dios se quedaba afuera y yo me molesté mucho y le dije “pues que poca  de tu dios, porque el mío está conmigo en todo momento y en todo lugar” (Ahora he entendido que Dios no me deja, pero yo me alejo de Su cobertura) En fin, toda mi vida he creído en Dios, así me lo enseñaron y nunca dudé. Aun así, algo le faltaba a mi fe, a mi vida, creía en El pero no lo sentía cerca, era el Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo posible e imposible…….

         Todos nacemos con una medida de fe, es tan cierto como que todos nacemos con determinado número de glóbulos blancos y rojos, Dios los puso ahí, juntos --- A ver, voy a ponerte "x" glóbulos blancos, "x" rojos y ahí te va tu medida de fe --- Esto es lo que le da vida a nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) conforme crecemos, los glóbulos van aumentando, pero la fe va quedando igual (si no hay quien nos enseñe como ejercitarla) llega el conocimiento, lo que aprendemos en el mundo, en la escuela, en la tv, etc. Y la fe va quedando rezagada y encerrada atrás de un cristal que dice “ROMPASE EN CASO DE EMERGENCIA” y luego llega la emergencia y en lugar de romper el cristal corremos con los amigos, los doctores, la familia, el internet y hasta con brujos y adivinos.






         Cuando decidimos romper el cristal, el 1er  paso de fe (viendo en retrospectiva)  el más fácil es, creer que Jesús es el Señor y que Dios le levantó de entre los muertos y confesarlo, para justicia y salvación, una vez que das este paso, esa confesión se “enraíza” en el corazón, lo crees porque lo crees y ya, ésta es la primera vez que conscientemente ponemos a trabajar la fe EN Dios, porque la fe inconsciente la  usamos desde que soltamos el primer llanto y sabemos que mamá llegará al rescate. Una vez que dimos este paso de fe, comienza lo difícil. La fe EN Dios está débil, no la hemos ejercitado, duró mucho tiempo engarrotada atrás del cristal y ahora nos comenzamos a dar cuenta de que la fe EN Dios no es para emergencias solamente, es para vivirla día a día, minuto a minuto y comienzas a fortalecerla, leyendo, escuchando la palabra, usándola en cosas pequeñitas como un lugar para estacionarme, que no caiga la lluvia hasta que entre a mi casa, pliiiiis, etc. Y entonces comenzamos a creer realmente EN Dios, comprendemos el concepto de Todopoderoso, creador ……., creemos en que es amoroso, que se hizo hombre y murió y resucitó POR mi, que sin fe es imposible agradarle, que si el granito de mostaza, que si el monte se mueve, que si Moisés abrió el mar y que Abraham tuvo un hijo, que David venció a Goliat y que la mujer del flujo sanó, que Lázaro resucitó y que el paralítico volvió a caminar, que a Fulanito le quitó el cáncer y a Sutanito le dio un coche……….

Y YO?????????  Yo he creído, orado, oído, alabado,
Adorado, sembrado, obedecido, etc.


         Cuando llega ese verdadero caso de emergencia, es cuando corres en tu interior buscando cada cristal que guarde un cachito más de fe para emergencias y ya se acabaron los cristales y aun así no te ajusta la fe, te estiras para “robar” un poco de fe del vecino, del hermano, del pastor, escuchas todas las alabanzas que encuentras y atrapas cada prédica, y aun así el corazón sigue atribulado, el alma adolorida, pareciera que mientras más le pides a Dios, peor se ponen las cosas, todo el mundo te dice cuanto te ama Dios, lo poderoso que es, que confíes…… y te preguntas, ¿habré perdido mi fe?,¿a donde se fue todo lo que leí, lo que escuché?




         Y es justo aquí, en este preciso momento, donde el camino que tomes, la decisión que elijas, te llevará a muerte o a victoria. Ya no es creer EN Dios, es el momento de dejar tu fe de lado y tomar la de Él, es tiempo de no solo creer En El, sino de CREERLE a Él, no creer en lo que dicen que dijo, sino creer que lo dijo para mí. Cuando ya tus brazos están cansados de nadar para salir del rio y te das cuenta de que ya tu fuerza no te sacará de ahí, entonces debes aflojarte, “hacer el muertito” y dejar que el agua te lleve, no voy a evitar rozar algunas piedras en el camino, o darme un cocazo con una roca y me va a doler, pero sé, tengo la certeza y la convicción de que adelante esta el remanso de aguas calmas y podré voltear atrás y decir WOW, pasé por esto y sigo viva. Y lo mejor de todo es que puedo caminar por el borde rio arriba y gritar a quien viene en camino, YA CASI LLEGAS, y a quien sigue nadando podré decirle, DEJA DE NADAR, YO LO HICE Y SIGO VIVA.


         Lo más importante cuando pasas tribulación no es cuanto duele, sino el decir, ok, me duele, y ahora que voy a hacer al respecto, el negar el dolor no ayuda, el hacer algo para contrarrestarlo, pronto lo quita.



     1a Jn 5:14-15                                                                                                        Heb 4:15-16

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